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Las habilidades básicas de desarrollo personal son una condición imprescindible a fomentar para conseguir que las personas con diversidad funcional puedan llevar una vida plena lo más normalizada posible bajo los principios de integración. Así, mejorando en la mayor medida posible su conducta, apariencia, experiencias, estatus y reputación.
El desarrollo de estas habilidades hace referencia a aspectos tales como el autoconcepto, la autoestima y el control interno; procesos cognitivos como las atribuciones relacionadas con el logro, el juicio moral, la obtención de valores y la capacidad para considerar el punto de vista del otro y procesos afectivos como la empatía.
Las ocho dimensiones son: bienestar emocional, relaciones interpersonales, bienestar material, desarrollo personal bienestar físico, autodeterminación, inclusión social y derechos.
Tendencia a evitar fracasos. Las personas con diversidad funcional esperan fracasar en casi todo lo que emprenden más que a la consecución del éxito.
Baja autoestima o sobreestima de sus capacidades. La mayoría de las personas con diversidad funcional, distinguen con mayor intensidad sus puntos débiles y sus limitaciones, lo que les puede generar un sentimiento de inseguridad y de no aceptación hacia sí mismos que surge con mayor intensidad en la etapa de la adolescencia.
Rigidez comportamental. Las personas con diversidad funcional por las tareas rutinarias, presentan indudables ventajas para determinados trabajos, sin embargo no les favorece en su desarrollo personal.
Labilidad emocional. Estas personas presentan inestabilidad en su estado anímico, pasando prontamente de un estado de euforia a otro de tristeza, lo que a menudo puede interferir en la realización de las tareas.
Déficits cruciales para las relaciones interpersonales y para su autocontrol.
Frecuentes sentimientos de frustración, hiperactividad, vulnerabilidad al estrés y reacciones de ansiedad.
Falta de autonomía. La falta de oportunidad de poder trabajar las habilidades de autonomía personal y social en situaciones reales por una sobreprotección a la que generalmente se ven sometidas por su entorno, obstaculiza enormemente que estas personas tomen sus propias decisiones.